30.6.10
Whitby Gothic Weekend
Reúne dos veces al año, en abril y noviembre, la mayor concentración de góticos del Gran Bretaña. La música goth, post-punk, deathrock y dark indie despliega sus sonidos oscuros entre una muchedumbre nocturna, ataviada con ropas negras, caras pálidas y uñas largas, que refugia bajo sus capas una fascinación por lo diabólico y lo sacrílego.
Uno de los tramos más bellos de la costa británica, la bahía de Whitby, guarda entre sus límites acantilados una pintoresca población de calles adoquinadas, casitas de pescadores y ruinas cristianas. Una estampa de postal para un pueblo de 14.000 habitantes apretujado a ambas orillas del río Esk y envuelto por el parque nacional de los páramos del norte, North York Moors.
Varios de los pasajes de la más famosa novela de terror de todos los tiempos describen algunos de los rincones de Whitby y las vistas del mar desde sus acantilados. Las tormentas que hicieron naufragar decenas de barcos frente a estas costas sirvieron a Bram Stoker para narrar el naufragio de la goleta rusa Demeter, que trajo a Drácula hasta el puerto de Whitby, donde se perdió en la noche convertido en perro. Los 199 escalones, que desde el puerto llevan hasta la iglesia de Santa María y la abadía de Whitby, continúan tal como los describió Stoker. Las lápidas inclinadas hacia el mar, el atrio de la iglesia asomado al camino del muelle, los derrumbes del acantilado, las empinadas cuestas... el trayecto del perro negro hasta el cementerio permanece intacto desde hace más de un siglo.
Estos fragmentos de la novela han dado en los últimos veinte años un lugar privilegiado a Whitby en el mapa turístico. Las ganas de terror y vampiros han traído al pueblo a una de las modernas subculturas underground: los góticos. Nacidos en Londres hace tres décadas en las fiestas del club Batcave (la cueva del murciélago), los góticos han hecho de Whitby un lugar de peregrinación.