16.4.10

Introducción a la Novela Gotica


En la Edad Media el mundo se concebía dividido en dos partes: el Mundo de los Humanos y el Otro Mundo. El Mundo de los Humanos era el que los hombres y mujeres vivían, trabajaban, etc., y el Otro Mundo era aquel donde residía todo lo maligno y donde podíamos encontrar cosas que no había en el otro lado.

Este concepto queda magistralmente reflejado en los poemas épicos de la época, cuyo mayor exponente es el de los Caballeros de la Meza Redonda. Los héroes de estos poemas épicos traspasaban la línea que separaba los dos mundos con el propósito fundamental de acabar con los elementos del otro lado. Pero cuando el héroe iba al Otro Mundo siempre tenía que sacrificar algo: una parte física de su cuerpo, el alma, la persona amada, su propio confort, etc. Así, cuando regresaba de vuelta al hogar el héroe había cambiado, ya no era el mismo física o psíquicamente, incluso podía cambiar la relación con su antiguo ambiente. Esta pérdida obedecía a razones de equilibrio entre los dos mundos, no se podía cambiar algo en uno de los lados sin que hubiese consecuencias en el otro.

Hasta el siglo XX no se estudiaron estas historias intentando establecer una estructura que las relacionase. Pero en 1949, Joseph Campell desarrolló el patrón estándar de las aventuras del héroe, donde se puede observar perfectamente el concepto de los dos mundos que se tenia en el medievo.

Sin embargo, con la instauración definitiva del racionalismo en los siglos XVII y XVIII este modo de pensar cambia. Ahora todo se explica bajo los preceptos de la razón. Fenómenos que antes no tenían explicación ahora si la tienen, por ejemplo: ¿porqué el sol y la luna parecen más pequeños de lo que realmente son? o ¿porqué una pajita parece estar doblada cuando la metemos en un vaso que esta medio lleno de agua?. En este momento el mundo racional va comiendo terreno al Otro Mundo, lo va eliminando, ya que la mente del hombre racionalista solo puede aceptar sus elementos como pura superstición.

Finalmente el mundo de lo maligno y perverso queda relegado a la función de entretener. Esto causaría un desajuste entre los dos mundos que dejarían de estar equilibrados, lo que provocaría que hubiese consecuencias…

Curiosamente a comienzos del siglo XVIII se crea una ambigüedad en el pensamiento racionalista. Los hombres racionalistas, que se suponía tenían que estar satisfechos con el periodo de la ilustración y de las luces en el que vivían, empiezan a pensar que es bueno conocer, analizar e investigar el Otro Mundo, pero con la finalidad única de llegar a eliminarlo. Paradójicamente la gente del siglo XVIII comenzó a no sentirse satisfecha con su mundo y empezaron a sentirse fascinadas y ansiosas por conocer el Otro Mundo, por vivirlo y experimentarlo. En este momento irrumpe con fuerza el movimiento llamado Romanticismo que se caracterizó por lo que se llamo The Sublimity of Passion, literalmente “la sublimidad de la pasión”, es decir, la elevación extraordinaria de la pasión aplicada a cualquier campo moral o intelectual. Muchos de los artistas románticos cuyas vidas guiaba la pasión, fueron los que se sintieron decepcionados con su mundo y encontraron al otro lado de la razón un mundo más interesante en el que vivir, y más evocador para crear sus trabajos. Es en este contexto donde finalmente acaba viendo la luz la novela gótica. Según el Oxford Concise Companion to English Literature de Margaret Drabble y Jenny Stringer, la novela gótica se caracteriza por ser: historias de lo macabro, fantástico y sobrenatural, normalmente ambientadas entre castillos encantados, cementerios, ruinas, y salvajes y pintorescos paisajes.